
El cuerpo humano es una máquina compleja donde todo está conectado, y nuestras emociones no son la excepción. Aunque solemos pensar en el estrés como algo que afecta solamente nuestro estado de ánimo o productividad, lo cierto es que también tiene un impacto directo sobre nuestra salud física. Una de las conexiones más curiosas —y a veces ignoradas— es la que existe entre el estrés y las alergias.
¿Qué tienen que ver las emociones con los estornudos?
Cuando estamos estresados, el cuerpo entra en estado de alerta. Liberamos hormonas como el cortisol y la adrenalina, que preparan al organismo para reaccionar ante una “amenaza”. Este mecanismo es útil a corto plazo, pero cuando el estrés se vuelve crónico, el sistema inmunológico puede comenzar a funcionar de manera desbalanceada.
En personas con alergias, este desequilibrio puede significar un aumento de los síntomas. ¿Por qué? Porque el estrés hace que el cuerpo reaccione de forma exagerada a alérgenos comunes como el polvo, el polen o ciertos alimentos. En lugar de “pasar de largo”, el sistema inmunológico se activa más de la cuenta, generando inflamación, congestión, picazón o incluso brotes en la piel.
¿Qué dice la ciencia?
Estudios han demostrado que las personas con altos niveles de estrés suelen presentar más episodios alérgicos y de mayor intensidad. Por ejemplo, investigaciones publicadas en Annals of Allergy, Asthma & Immunology revelan que el estrés emocional puede intensificar los síntomas del asma y de la rinitis alérgica.
Señales de que el estrés está afectando tus alergias:
- Estornudos o congestión nasal constantes, incluso fuera de temporada.
- Erupciones cutáneas más frecuentes.
- Dificultad para respirar que coincide con momentos de tensión emocional.
- Mayor sensibilidad a ciertos alimentos o ambientes.
¿Qué puedes hacer?
- Practica la respiración consciente. Técnicas de mindfulness y meditación pueden ayudar a reducir los niveles de cortisol.
- Duerme bien. Un buen descanso es clave para que el cuerpo se regenere y reduzca la inflamación.
- Haz ejercicio moderado. Ayuda a liberar tensiones y refuerza el sistema inmune.
- Acude con un especialista. Tanto un alergólogo como un terapeuta pueden ayudarte a tratar los síntomas desde ambos frentes: físico y emocional.
Tus emociones importan, y tu salud también. Prestar atención a cómo te sientes no solo te hará más fuerte mentalmente, sino que también puede ser el primer paso para vivir una vida con menos estornudos, ronchas y molestias. El cuerpo siempre habla… ¿estás escuchando?