Con la llegada del otoño, muchas personas comienzan a experimentar síntomas molestos de alergias. Los cambios estacionales, las hojas caídas y los vientos que remueven partículas alérgenas como el polen pueden hacer que esta época del año sea difícil para quienes sufren de alergias.
1. Identifica tus desencadenantes otoñales
En otoño, los desencadenantes más comunes incluyen:
- Polen de malezas: Plantas como la ambrosía, artemisa y las hierbas malas pueden liberar polen hasta bien entrado el otoño.
- Esporas de moho: El moho se reproduce en lugares húmedos, como las pilas de hojas húmedas, y sus esporas pueden ser transportadas por el aire.
- Ácaros del polvo: A medida que las temperaturas bajan, los ácaros del polvo pueden volver a ser un problema dentro de los hogares.
2. Mantén las ventanas cerradas
Mantener las ventanas cerradas para evitar que el polen y otras partículas entren en tu hogar. Utiliza sistemas de ventilación o purificadores de aire si necesitas mejorar la calidad del aire interior.
3. Limpia tu hogar regularmente
Asegúrate de limpiar a fondo tu casa, especialmente en áreas donde pueda acumularse polvo o humedad, como alfombras, cortinas y baños.
4. Usa ropa adecuada
Cuando salgas a caminar, especialmente en días de mucho viento, usa gafas de sol y un sombrero para evitar que las partículas de polen entren en contacto con tus ojos o cabello.
5. Consulta con tu médico sobre medicación preventiva
Consulta a tu alergólogo sobre el uso de antihistamínicos, descongestionantes o aerosoles nasales antes de que los síntomas aparezcan. También podrías considerar la inmunoterapia, un tratamiento que ayuda a reducir la sensibilidad de alérgenos.
7. Monitorea los Síntomas y No los Subestimes
El otoño no solo puede causar alergias estacionales, sino también agravar condiciones preexistentes como el asma. Si tus síntomas empeoran o comienzas a experimentar dificultad para respirar, busca atención médica de inmediato.