¿Por qué no educamos a nuestros niños con la comida cómo lo hacemos con los valores?
Los niños entran en contacto con los sabores desde que se encuentran en el útero, ejercitan sus músculos y su capacidad para comer ingiriendo líquido amniótico, al que llegan los diferentes sabores de las comida de la mamá.
También durante la lactancia materna, donde las partículas de los sabores llegan a la leche que alimenta al recién nacido, permitiéndole estar en contacto con los sabores de las comidas, permitiéndole también que se acostumbre a ellos.
Lamentablemente, a partir de los 4-6 meses cuando la leche materna ni la leche artificial aportan los minerales y vitaminas suficientes como para satisfacer las demandas metabólicas del bebé, empiezan a ser responsables de su alimentación realizando sus propias elecciones.
Es vital mantener el interés del pequeño ante nuevos alimentos, aunque, ¡todos los alimentos son nuevos a esta edad!. La comida despierta un gran interés en el bebé, donde tienes que exponer al niño al máximo de comidas o alimentos, respetando siempre los 3-4 días entre ellos.
No debemos limitarnos a ofrecerle siempre lo mismo, idealmente es conseguir que el bebé se adapte y se interese por las comidas que habitualmente se consumen en el núcleo familiar, si es que queremos que desarrolle un buen paladar.
Si siempre le ofrecemos lo mismo y no le damos la oportunidad de probar algo nuevo, no podemos exigirle a nuestro hijo que coma bien. Existen numerosas ventajas al que nuestros hijos acepten distintas variedades de comidas:
- Conseguir aportar todos los nutrientes esenciales cuando la dieta es variada a diferencia si siempre le ofrecemos lo mismo. Existen carencias de alguna vitamina o mineral, estas se irán acumulando convirtiéndose en poco tiempo en algo problemático.
- En la variedad está el gusto, si le ofrecemos a nuestro bebé más variedad de alimentos, más las posibilidades de encontrar alimentos que le gusten. Con el objetivo de abrir horizontes e incorporar nuevos alimentos y nuevos sabores a la dieta encontrando su favorito.
- Cuando crezcan y vayan a comer a casa de un amigo o de abuelos, no se sentirán abrumados frente a un plato de comida que desconocen, ya que el estará acostumbrado a probar platos nuevos.
¿Cómo educar el paladar de los niños?
- Establecer un día de “plato sorpresa”: Sabemos que en muchas familiar existen un tipo de menús predeterminados pero, ¿por qué no cambiar y un día probar algo nuevo?.
- Hablarles de todas esas frutas o verduras que no han probado o conocer e invitándoles a probarlas.
- Investigando las diferentes culturas culinarias, puede ser cuando sea el día del plato sorpresa buscar una receta de otra cultura y país donde puedan probarla y conocer de ella.
- Incorporar nuevos sabores o ingredientes en los platillos habituales, por ejemplo, cambiando el ingrediente principal por otro, en vez de pollo cambiarlo por carne.
Referencia:
Estefanía Esteban, E. E. (2019, 18 marzo). La importancia y los beneficios de educar el paladar de los niños. Recuperado 18 octubre, 2019, de https://www.guiainfantil.com/alimentacion/ninos/la-importancia-y-los-beneficios-de-educar-el-paladar-de-los-ninos/
